Osuna es muy bello pueblo de la provincia de Sevilla. Forma , por consiguiente , parte del mundo que recorre el escribidor Wilhelmus Alvarinus Toletanus Pinaster tras su viaje , cierto , al planeta rojo , que tantas alegrías y sinsabores le han dado.Es Osuna , Villa ducal de los Téllez-Girón , lugar de nacimiento de buen número de miembros de su familia materna , la propia madre de Wilhelmus entre ellos , por cuyos cerros subbéticos corría el escribidor de niño y paseaba de joven. Cuando el escribidor descubría la madre naturaleza entre trinos de pájaros , olores de árboles frutales , pies y copas de olivos y estrellas que relucían en cielos azules. Cuando los días de tormentas de verano dejaban el inolvidable olor a tierra mojada que sigue añorando.
A Osuna fue Wilhelmus , con su mujer , el otro día , para reunirse con un muy querido compañero de viaje interplanetario y primo , con José Joaquín Pineda Calle y su hermano Eloy más sus respectivas mujeres , Mari Casti y Lourdes , con quienes callejeó por San Pedro y otras vías ursaonenses recordando viejos paseos de pueblo guardados en memoria añosa.. Colegiata al fondo de la calle Sevilla , compra de tabaco ( qué cosa tan rara sigue haciendo a pesar de la ida y vuelta al planeta Marte ) en la Carrera y encuentro con lectora del blog : Isabel Sierra Pérez , conocida y amiga. Buen tapeo y copeo en el casino al que un día llegó el padre de Wilhelmus imponiendo superioridad , entre los parroquianos , sobre los tableros de ajedrez. Qué bien jugaba este Toledo al que el destino destinó un lejano día a la localidad y en ella conoció a Margarita. Recuerdos familiares mezclados con manzanilla y con nostalgias de personajes que hicieron historia reciente del pueblo : Rodríguez Marín , Rodríguez Jaldón , Rodríguez-Buzón . Recuerdos de la Urso romana y de sus leyes. Recuerdos de su vieja y herreriana universidad y de los profesores que en ella explicaban las cosas del hombre de siglos pasados , del hombre que luchaba por descubrir la verdad de las cosas aunque se engañase con más facilidad que ahora. Cada uno es dueño de sus engaños y de sus verdades y nadie soy para enjuiciarlos. Mi crítica , si bien ácida a veces , se endulza con los recuerdos de viejos y buenos ratos vividos en aquellas calles y campos cercanos. Buenos ratos como los que pasó el escribidor con su familia hace poco más de una semana y que se añadirán a otros anteriores. Esta vida consiste , si es buena , en pasar el mayor número de buenos ratos y en que nos dejen vivir en paz con las conciencias , los que las tengamos , tranquilas.
El escribidor no dio conferencia alguna en Osuna. Disfrutó del lugar y de la buena compañía. Una de las mejores formas de disfrute que los hombres tenemos. Osuna forma parte importante de la vida del escribidor aunque no haya pronunciado , aquí , charla pública . Todo está por ver y mi viaje , si Dios quiere , aún tiene recorrido. No pondría pega a hablar sobre nuestro ida y vuelta del planeta rojo en su bella , antigua y armoniosa universidad. En manos de mis primos dejo el asunto.
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