De los inocentes santos . De los que , salvo los niños , pocos hay. No me gustaba la clásica manera de dar la inocentada a personas colgándole , a sus espaldas , un muñeco de papel. Dificultades tengo para encontrarlos . Puede deberse a su escaso número pero en el caso de hallarlos no se me ocurriría colgarles monigote alguno.
Suele decirse que empezó a llamarse así el día de diciembre en el que, tras el nacimiento de un niño llamado Jesús , en Belén , el Rey Herodes I decretó la matanza de todos los menores de dos años nacidos allí y en alrededores.
Poco que ver tiene el mandato del Rey de Judea con los inocentes de hoy día si es que los hay . O tal vez sí. No sé ...
De lo que no dudo es de que pocos son los hombres inocentes y menos los santos. De los desconchados no opino porque ni debo ni me atrevo.
De Diógenes el cínico y de su pensamiento osa escribir el escribidor. Por inocente y santo lo tengo conceptuado aunque naciera y viviera en tiempos muy anteriores a Herodes el Grande y al propio Jesucristo . Cuatro o cinco siglos antes de que Jesucristo fuese crucificado , según fuentes , en el monte Gólgota. .
Diógenes , natural de Sinope , hubo de huir de su ciudad de nacimiento , no por persecución a muerte ordenada por alguien sino por otras causas que no vienen a cuento , refugiándose en Atenas , ciudad en la que desarrolló buena parte de su vida , alejada de cualquier tipo de lujos y defendiendo siempre la autosuficiencia junto a la renuncia a cualquier tipo de lujos . En pocas palabras : defendiendo lo contrario de las aspiraciones del hombre actual . A la doctrina de Jesucristo , recogida en Los Evangelios , le pasó lo mismo. .
Muchos como Diógenes quisiese yo que hubiese en este delicado momento por el que atraviesa la humanidad . Tal vez si los hubiere no habría que dar más inocentadas porque , al considerarlas superfluas , no existiría la costumbre . Todo iría bastante mejor aunque no todos seamos tan buenos como Diógenes ni nos rodeemos de tantos perros como él . Valgan estas nimiedades últimas para el día de hoy y el de mañana que es el día de los inocentes, como Diógenes y como Jesucristo( cito por orden cronológico ) ; dos hombres buenos de la antigüedad . Pocos más ha habido tan buenos por inocente y santo que se pueda ser.
Si el escribidor tuviese la gran suerte de hallarlos en algún lugar lo último que se le ocurriría sería colgarles detrás un muñeco de papel o darles otro tipo de inocentadas . Se limitaría a felicitarlos por sus justos y atinados principios que casi nunca fueron respetados. Les daría unas oportunas felicitaciones .
Pienso mandar esta entrada a don Máximo de la Serena para que , si a bien lo tiene , la publique en su PERIÓDICUS.
1 comentario:
Hola Guillermo, 28 de diciembre ¡Ofú!
Cuidadín, cuidadín...
Abrazos.
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