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EL BLOG DE GUILLERMO ÁLVAREZ DE TOLEDO PINEDA. Blog independiente y de temas multicolores. Entre ellos , el tema estrella : Historia de los Álvarez de Toledo Golfín. Etiquetas temáticas en la parte inferior y lateral con las gracias por entrar y leerme.Unas gotitas de humor no van mal en la cazuela de la VERDAD y mucho pueden decir.

martes, 11 de febrero de 2020

UN CUENTO QUE , QUIZÁ , NO DEBIERA HABERSE CONTADO NUNCA .

Y no es algún cuento chino o de chinos . Es de europeos .

Érase una vez un hombre con una barriga muy grande en la que todo cabía . Comía mucho aquel hombre cuyo nombre era el de   Paco y una tarde , fría y lluviosa , se echó una siesta sin querer ; es decir : se quedó dormido con el estómago repleto y al calorcillo de la lumbre . Era un hombre español .

Cuando despertó , vio que había nevado y fue  a ver la nieve que seguía cayendo .  Hacia ella dirigió sus pasos acompañado por su perro . Los copos que se precipitaban del cielo  eran rojos y , al caer sobre el terreno , algunos continuaban siendo del mismo color y otros  se convertían en blancos .
Su perro ladró como queriendo decir algo y entonces Paco miró hacia el cielo y observó  que las nubes desde las que caían  eran rojizas , lo cual le sirvió para comprender el porqué del  color de los copos de nieve . Las rojeces se debían a lo que se debían...A que se hallaba  cerca del río Oja y todo era de color vinoso . Hasta las nubes  de las que caían copos granates . 

El perro volvió a ladrar y Paco miró hacia arriba como queriéndose  reafirmar en que su vista no lo engañaba.  El cielo no era azul y sí rojo según él lo veía  . De indudable color   tinto .

Sin más , desanduvo  los  pasos que había dado y se vio a sí mismo , tras los cristales de una de las ventanas   ,  dormido y barrigón . Hacía la digestión mostrando su oronda barrigota y echado en el sofá de la  sala de estar de su casa .

No es posible , se dijo, que yo vea las nubes , el cielo y los copos  de color vinoso estando despierto  . El perro ladró de nuevo y fue entonces cuando Paco fue consciente de que todo había sido un mal  sueño  .

No se había quedado dormido solo por lo que comió , sino por lo que bebió : vino tinto procedente de zona cercana : las orillas del río Oja . Una vulgar pítima había cogido y , como  vivía solo  , soñó que el mundo era rojizo , incluso los copos de nieve, algunos de los cuales se   volvían blancos cuando caían sobre  los terruños o sobre las rocas .

Prometió no volver a coger más  peas como   la cogorza descrita  hasta no  ver la nieve , las nubes y el mundo de color de rosa . Lo logró.


No hace falta decir que Paco , al verlo todo de ese color , perdió la barriga y se convirtió , a los cuarenta y ocho años , en un hombre nuevo y delgado .
Se casó y fue feliz comiendo y degustando las  perdices que su mujer, Paca ,  preparaba . Nunca tomaba perdices,  por cantarinas y volanderas  que fuesen, al tiempo que bebía vinos tintos .  Aunque las perdices fuesen rojas  las tomaba, acompañado por Paca , mientras bebía vinos rosados de la tierra  . 

Jamás Paco  volvió a emborracharse . Por ello , no volvió a ver las nubes , el cielo y los copos   de color rojo . Aquellas las vio grises , el cielo , si despejado  de nubes , azulado ,  y los copos de nieve  de color blanco. 

En  noche tormentosa volvió a ver el cielo rojizo . El Sol se ocultaba entre las nubes y Paco  estuvo seguro de que el tono rojo del cielo se debía al atardecer . El perro , sin ladrar , caminaba junto a él  buscando y olisqueando  el Sol que se ocultaba por la línea  del horizonte. 
Paca, mientras Paco se daba su paseo vespertino  ,  preparaba la cena guisando  perdices en la cocina. Sabía que su marido había sido bebedor y , desde que nació , daltónico .
Tras conocerla, Paco  había dejado de beber vinos tintos y se había convertido en catador de rosados y de vinos blancos de Rueda.  Paco distinguía bien estos colores y no los confundía . El color verde y el azul dependían de cómo les diera la luz .

  

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