Y VOLVÍ DE SEVILLA A CÁDIZ

Volví por el mismo camino de ida pero acompañado por músico e instrumentos de música como dije. Hacía frío  . como está mandado en estas fechas que vuelan , y un Sol radiante y algo picante. Tanto que me quité la chaqueta . Soy hombre de chaqueta y corbata por motivos , entre otros , prácticos. La chaqueta es prenda de abrigo no talar con varios bolsillos que me permiten , sea de invierno o de verano , llevar cosas y papeles en ellos con determinado orden. De corbata por tradición de generaciones y porque , en épocas de frío , me abrigan una parte del cuerpo que tengo delicada por genética y por fumador : la garganta. En otra entrada dije que , en invierno , tengo por costumbre dormir la siesta , encamado , con ella. Costumbre no muy extendida entre los mortales , todos ,  y que se presta a risitas que no me molestan. Cada cual puede reirse de lo que quiera y yo entre estos cuales. 

Mediada la autopista , a la altura de lo que puede considerarse la mitad del camino que une Sevilla con Cádiz , una serrezuela se eleva a unos quinientos metros escasos : la sierra de Gibalbín. Le pregunté al copiloto , Wilhelmus Albanus , si recordaba el nombre árabe de la sierrecilla y me dijo que sí. Justamente me dijo : papá lo sé desde que tengo uso de razón porque desde niños nos lo enseñaste a Carmencita y a mí.  Qué importante es saber por dónde anda uno y los nombres de los accidentes geográficos cercanos o lejanos. Ayudan a uno a orientarse y dan conocimiento de en qué lugar está uno. En qué lugar se está, de qué lugar se viene y a qué lugar se va. Casi nada .

Sin atascos ni problemas de tráfico llegamos a Cádiz sin novedad reseñable. Las reseñables son las dos ciudades entre las cuales tantos kilómetros he hecho : Sevilla y Cadiz o Cádiz y Sevilla ( las dos partes en las que según Fernando Villalón Daoíz , conde de Miraflores de los Ángeles  , se dividía el mundo ). Las ciudades en las que más tiempo he vivido y a las que más debo. Me asomé a la terraza de casa y miré el mar que estaba precioso. Como lo dejé. La gente paseaba con perro o sin perro . Paseaba tomando el Sol de primera hora de la tarde. Supongo que los paseantes valorarían lo que tenían por delante aunque las circunstancias no sean tan propicias como  las que se dieron para que el hombre apareciese sobre la Tierra sin chaqueta y corbata . Si lo hubiese hecho con estas vestes sería cuestión digna de reseñar. No lo hizo. Chaqueta y corbata llegarían no sé  cuántos  milenios después pero muchísimos y algunos dormiríamos la siesta , en cama , sin chaqueta pero con corbata. Los menos.