UN CURA VIENE A CONFESARME A LA MAZMORRA

Los simpatizantes del club Bilderberg , con seguridad no sé si afiliados o no al citado club , que me tienen secuestrado en la mazmorra consabida pero de la que no sé más que es húmeda y tiene una claraboya, siguen sin decirme en qué lugar de Cádiz , Andalucía , España o extranjero me encuentro. De igual forma , tampoco he logrado pista del sitio en el que puedan estar Rosita Rojo , José Joaquín y Arturo. Sigo , pués , sin saber nada de sus paraderos y sin saber si se hallan malheridos , ilesos o muertos. Son capaces de habérselos cargado porque son capaces de matar a medio mundo con las reformas laborales y los medios que ponen al uso para solucionar el gran mal que han creado y han extendido por la vieja Europa y otras partes del orbe. En lo referente a Rosita Rojo , pienso que sus extraterrenales poderes pueden haberla ayudado en su intento de vuelta al planeta rojo , el suyo , del que pensará que nunca debió venir por mucho que la atrajera nuestra charla-coloquio boicoteada por los malandrines que sabemos. Éstos me han ofrecido la asistencia de un cura, lo que me da mala espina  sobre sus planes. Entre ellos los hay  católicos , protestantes y calvinistas como sus planteamientos religiosos y económico-políticos dejan entrever a las claras , pero mis secuestradores son católicos recalcitrantes , practicantes y  vergonzantes. No sería el primero , ni el último , a quien aconsejaran confesarse y arrepentirse de sus pecados antes de mechárselo. Lo malo es que que no sé de qué arrepentirme ni qué mal he hecho yo en mi vida que no sea pecado venial , tal cual le he dicho al curita con cara de santo desconchado que me han introducido en la mazmorra . El sacerdos , sacro señor , me ha vuelto a poner como los trapos , tal como mis raptores , acusándome de infamias e insidias de todo tipo , monstruosidades que me han anonadado de tal forma que no he podido responder.  Tal cantidad de  injurias  y calumnias variadas he oído , que he estado a punto de darle un puñetazo a quien se decía ser un ministro de Dios en el planeta azul ; golpe que le hubiese puesto un ojo , o los dos , rojos. He logrado contenerme y me he limitado a decirle que busque un cura bueno , abierto y cumplidor de la palabra evangélica , que aunque no muchos , los hay , y haga el favor de mandarlo para hablar conmigo y confesarme. Con quien sea así , me confesaré sin inconveniente alguno.y le haré saber  mi gran pecado bajo secreto de confesión : que soy un hombre independiente que quiere ser creyente. Después , si así lo dice la injusta justicia que se aplica en muchos tribunales de mi nación , que me condenen.por alterador de masas que es de lo que se me acusa. Ya tendré tiempo de defenderme solo y preguntar qué fue de mis amigos charlistas , tan entrañables. A la espera de la venida del cura bueno estoy mientras leo León el Africano , de Amín Maalouf , cuya relectura  me está resultando tan interesante como cuando lo leí por vez primera . No solo entre los occidentales hay buenos escritores. Leyendo espero al cura que más quiero tras los cristales de tristes claraboyas. Me han hablado de fray Antonio , monje cartujo al que los católicos radicales consideran brujo. El vendrá y ya hablaremos. Por ahora sigo a plato único y todos los días sin postre , aguantando mi injusto enmazmorramiento.Wilhelmus Alvarinus Toletanus está enmazmorrado : ¿ quién lo desenmazmorrará ?. El buen desenmazmorrador que lo desenmazmorre...al club Bilderberg acusará.