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EL BLOG DE GUILLERMO ÁLVAREZ DE TOLEDO PINEDA. Blog independiente y de temas multicolores. Entre ellos , el tema estrella : Historia de los Álvarez de Toledo Golfín. Etiquetas temáticas en la parte inferior y lateral con las gracias por entrar y leerme.Unas gotitas de humor no van mal en la cazuela de la VERDAD y mucho pueden decir.

martes, 3 de octubre de 2017

LA ESTANCIA EN SALSIPUEDES , DE ORAN

No me atrevo a afirmar si puede adjetivarse de grata o de ingrata ; así que al mismo Oran se lo voy a preguntar y que él sea el que la adjetive. Al fin y al cabo Oran es muy proclive a que le haga de notario . De que tome nota de todo lo que dice.
En lineas generales , me dijo , puede considerarse como grata aunque mis malos días pasé allí. En especial  los primeros; es decir , a la entrada porque a la salida buenos fueron. El nombre del lugar no influyó en ella que fue triunfante y sonante en cuanto que ovacionado fui.
Tras contarme , en detallada conferencia telefónica ,  su estancia en Argentina y darle su visto bueno al escribidor , éste , o sea , yo , para narrarla en exclusiva ,  paso a escribirla   al pié de la letra tal Oran me la contó. 
Su llegada se produjo estando el alcalde y las fuerzas vivas del pueblo reunidas. Por consiguiente, nada de música en el recibimiento al abogado , pues ya se había licenciado cuando a Salsipuedes llegó ; tan solo una indicación que le comunicaba que en Salsipuedes estaba. 
Nada más llegar se dirigió  a la agencia con la que había contactado y un agente lo condujo a la que sería su casa en la que abriría   bufete durante su  estancia en la localidad.  El alcalde, el boticario, los dos médicos que había en el pueblo , el cura ,   el maestro y el director de la banda de música local ,   de usted o vos lo trataron   al terminar  su reunión . Lo recibieron      unos bien y otros no tanto ya que iba a hacerle  , con el ejercicio de su profesión  , la competencia a los otros bufetes , tres , establecidos en Salsipuede  como  pasó a denominar el pueblo ,  él y solo él  , al advertir que el voseo hacia él  era su forma habitual de hablar cuando a uno se dirigían. . Hacia   él y hacia cualquier persona porque Salsipuedes , me dijo , suponía cierta connotación de tuteo en el habla y Salsipuede suponía cierto tratamiento de usted o  de vos , tal pudo apreciar. A partir de aquí , escribo como si fuese el propio Oran.
Una vez que abrí el bufete , la llegada de clientes fue incesante hasta el punto de que me fue necesario contratar a un subalterno que se encargase del papeleo que yo le daba y , más tarde , cuando pasaron unos días , a un procurador  que se hallaba en paro y tenía tres hijos que alimentar . El hombre , llamado Narciso , me agradeció que lo contratara y le diera de alta en las instancias que correspondían a las nuevas contrataciones de personal. Dado de alta laboralmente , Narciso demostró una preparación admirable a la que acompañaba una condición ejemplar .  Hasta  lo eché de menos cuando regresé a España . Tanto que lo llamé por si conmigo quería venirse. Narciso declinó el ofrecimiento tras darme las correspondientes gracias. Había encontrado trabajo en otro bufete de la localidad: en el del señor Acevedo , colega y  , en cuanto tal ,  competidor mío en los casos que surgieron en Salsipuedes durante mi permanencia en dicho núcleo de población .

Entre los clientes que al bufete vinieron en los primeros días  , había uno que más que cliente parecía delincuente . Su aspecto era tal que cuando le abrí la puerta me entraron ganas de cerrarla  y decirle que se fuese  No lo hice.. Terminaría arrepintiéndome de no haberlo hecho
El mala pinta se llamaba Enzo  y , al decirle que se sentase me comentó que su venida era debida a que quería separarse de su mujer.  Se trataba de un farsante , tal su aspecto  dejaba sospechar , que no estaba casado . Terminé abandonando el caso porque no me interesaba y , además , Enzo no decía dos verdades seguidas , o lo que es lo mismo , mentía como un bellaco.
En los primeros días de estancia advertí , en el bar del lugar ,situado en la plaza principal y llamado Buenos Aires , que los otros tres abogados me miraban como tres tristes tigres dispuestos a abalanzárseme. Tampoco , durante los primeros días  , era muy bien visto por las fuerzas vivas ni por los guardias encargados de mantener el orden público  que pocas veces fue alterado durante mi permanencia en Salsipuedes.
La marcha del bufete comenzó a ir mejor poco a poco  después de explicar una y otra vez que mi única y limpia intención era  ayudar , desde mi bufete de abogado , a quien lo necesitara ; esto sí , pagando las minutas  correspondientes. Mi aspecto delataba mis orígenes judaicos , en especial cuando me encasquetaba la kipá. No obstante jamás hallé repulsa alguna entre la población argentina ; más abierta y tolerante que la española ;  la mía aunque catalán de nacimiento fuese.
A medida que el bufete prosperaba y yo mismo iba haciéndome de un buen nombre y fama entre aquellos argentinos tan próximos a la ciudad de Córdoba , la clientela aumentaba hasta el punto de que algunos clientes venían de la misma Córdoba . Fue entonces cuando contraté a Narciso quien se había quedado sin trabajo . También por aquellas fechas  fue cuando una tarde de octubre , paseando por el campo  , me encontré con Marisa , que también paseaba sola y la saludé. La  manera de saludar   fue peripatética , propia de dos paseantes , y a raíz del encuentro fue surgiendo un amor entre los dos que desembocó en boda .  La buena marcha del bufete permitió que ayudase al padre de Marisa en los gastos  del convite nupcial y del cura que nos casó que bien que nos clavó por celebrarla en aquella iglesia    .  Cuando estábamos en plena luna de miel visitando las Cataratas de el Iguazú , recibí la mala noticia de la muerte de una de mis hermanas , la mayor,  a consecuencia de una caída en la escalera de su casa.
Por esta circunstancia inesperada y fatal tuvimos que salir escopetados de Salsipuedes , con absoluta facilidad y ovacionados , subiendo al  primer avión que salía del aeropuerto de Pajas Blancas con destino  a Londres y desde Londres volamos a España , al del Prat de Barcelona, llegando tarde al entierro . Hasta ahora no he vuelto a Salsipuedes aunque Marisa sí lo ha hecho . La primera vez que fue  recogió todos mis pertrechos y enseres  del bufete
y los vendí al mejor postor obteniendo beneficios pingües de la venta . . 

Fue entonces cuando , viviendo de las rentas que me había proporcionado el bufete , empleé los dineros procedentes de la venta de pertrechos y enseres y adquirí una casa de dos plantas en la judería de  Hervás , de donde fueron naturales mis ancestros   acorde con mis investigaciones y abrí mi negocio , que es lo que en verdad me llena , al que le puse el bello nombre de SUCOT dedicándome a la venta de objetos cortantes de todo tipo . Negocio que aún me renta más que el bufete abierto por mí  en  Argentina en cuanto que yo , además de haber sido un estudiante modélico , todo lo que toco lo convierto en oro . Marisa está feliz y le sientan muy bien los vientos fríos procedentes del pico Almanzor.  Otro día y a otra hora el escribidor seguirá con la vida y obra de Oran el judío. 


   

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